Moon Stomper empezó como fanzine en setiembre del 98 , pasó a formato web en diciembre del 2000 y sacó su último número (el 9, donde venía el artículo de la trapera) en mayo de 2004.
“No, no es justo”, decía yo en el lejano 1988 cada vez que oía hablar a los seguidores del rock de las bandas suecas y australianas de garage que hacían rock en plan Detroit, y pensaba en el lugar que se merecía La Banda Trapera del Río y el por entonces su único LP editado. Ellos han sido de las pocas bandas que hicieron rock de carne y hueso y sin aditivos en el subdesarrollado rock español de los años 70, en un momento en el que triunfaba el ladrillo llamado “rock con raices”. Y si en Nueva York tenían a los Dead Boys y a los Dictators, en Londres a los Sex Pistols y a los Damned, en Sydney a los Radio Birdman y a los Saints, en Barcelona estaban La Banda Trapera del Río. Y cuando les llegó la hora de plastificar sus canciones les tocó bailar con la más fea, que no era otra que la discográfica Belter, que más que un contrato, les firmó una sentencia de muerte, como le ocurrió también a Burning, PVP, y a los Burros, sacándoles a los Traperos un disco grande y un single un año después de haberlo grabado y con una distribución de lo más nefasta, y eso que los pocos discos que sacaron a la venta se agotaron. A pesar de todo, intentaron montárselo por su cuenta y sin adulterar su adorado R’n’R, que para algo tuvieron que tragar con tanta mierda. Los Comienzos. Born to Kill La historia empezó en Barcelona, en la ciudad satélite de San Idelfonso de Cornellá, un barrio habitado en su mayoría por inmigrantes andaluces, donde crecieron los traperos charnegos. Hartos del aburrimiento general que reinaba en la ciudad condal, que no era otro que la nova cançò, el jazz-rock layetano... Deciden montar un grupo un 13 de Noviembre de 1976, antes de eso los miembros de la Banda Trapera habían estado en grupos de rock sinfónico, hasta que se dieron cuenta de que en ese estilo musical no se les había perdido nada y que se aburrían como ostras. La formación original era el Tío Modes a la guitarra solista, un malagueño de nacimiento apodado así por ser el más viejo del grupo; Rockhita a la guitarra rítmica; el Llobregat, alias el Ray Ban, a las cuatro cuerdas, que confesó en una ocasión que su bajo le costó 800 pesetas; Raf Pulido a la batería, quien marcaba el ritmo en el grupo; y el último en llegar fue el cantante y portavoz Morfi Grey, un personaje carismático nacido en Melilla, que según contaba había militado en un dúo llamado las Alcachofas, y que luego intentó montar una zarzuela-rock. Por lo pronto la banda ya estaba formada, y casualmente se habían juntado un poco antes que el fenómeno punk británico asustara al mundo en 1977. Al principio se ponen de nombre Al Rojo Vivo, que parece más un nombre de orquesta pachanguera. Cambiando luego al de 4x3, por esos tiempos tocaban los rockanrolles de toda la vida, o sea, el “Johnny B. Good” y el “Jumpin’ Jack Flash”, canciones que hasta los grupos mediocres tocaban para no ser abucheados en masa. Deciden componer sus propios temas que años después irían a parar a su primer LP, me imagino que por entonces ya se llamarían la Banda Trapera del Río, lo de ponerse del Río pienso que sería por el río Llobregat que pasa por Cornellá. Al principio pasan de tocar en los locales del centro de Barcelona y prefieren hacerlo en las discotecas de su barrio, que para algo era donde estaba enclavado su reino. También solían actuar en algunos mítines de partidos políticos de izquierda, de esa época contaban “Una vez fuimos a tocar a una fiesta de las Juventudes Comunistas. Nosotros éramos los últimos en tocar, antes tocaban la Orquesta del Maestro Bellido y toda esa gente sofisticada, y todo el mundo con banderas rojas con la hoz y el martillo, todo muy bonito. Así que antes de tocar nos pusimos a beber como locos, y cuando salimos el Morfi Grey se sacó la polla y empezó a mear, yo dije pasar de todo, hubo gente que se escandalizó, pero fue lo mínimo, y eso que allí estaba Santiago Carrillo”. Cuc "punk" sonat Su verdadera presentación al mundo fue en el histórico festival punk en la Alianza del Poble Nou, un festival montado por la agencia de management Cuc Sonat. Para mi opinión, lo de festival punk en realidad aunque le pusieran una etiqueta “made in England”, eran ganas de hacer música a toda pastilla para combatir el aburrimiento reinante. Allí estaba la Trapera junto a grupos que habían metido en la etiqueta punk como Peligro, o gente que hacía rhythm & blues, caso de Basura o Mortimer, y también estaban Ramoncín y W.C.? recién importados de Vallecas. De esa época contaría Fray, vocalista de Decibelios, “Allí fue donde descubrí el punk, antes sólo me gustaba la música hortera”. La gente de Cuc Sonat querían meter en Barcelona la “fiebre punk”, que estaba rompiendo moldes primero en Inglaterra y luego en el resto del mundo. En su escudería la mayoría de las bandas estaban formadas por adolescentes de barrios del cinturón industrial barcelonés, como eran Peligro, Mortimer, Basura, Masturbadores Mongólicos y Rockelona. Entre finales de 1977 y todo el 78, Cuc Sonat organizó conciertos en Barcelona y otras partes de Cataluña, que fueron los que dieron a conocer a la Trapera, y en sus directos ya empezaban a demostrar que eran los mejores de todo el paquete de grupos que llevaba dicha agencia de management. Como diría el futuro codirector de Ruta 66, Ignacio Juliá en la revista Star “Morfi Grey es el tipo que las madres no dejarían salir con sus hijas... Su puesta en escena es de lo más repulsiva, y como banda sonora un rock duro perfectamente desarrollado que si no son profesionales poco les falta”. Por aquel entonces empiezan a ofrecerles contratos discográficos, pero les obligaban a cambiar la letra de sus canciones, por lo que deciden pasar de todo. Años más tarde Morfi contaría “Cuando varias compañías discográficas nos ofrecieron grabar un disco, nos obligaban a cambiar los textos. Cogimos todos los contratos discográficos, los colgamos en las paredes de nuestro local de ensayo y nos pusimos a escupirles hasta quedarnos secos. Sabíamos que éramos concientes de lo que hacíamos, y sabíamos el papel que jugábamos en la historia musical de este país”. Al final no les quedó más remedio que fichar con la Belter, que se había llevado toda su vida viviendo de las ventas de Manolo Escobar, y que no sabían nada de nada que no fuera la “España cañí”. Les graban un single en 1978 y poco después un LP que contenía canciones que a simple vista parecían una colección de insultos y palabrotas, pero si se escuchan detenidamente se da uno cuenta de que los Traperos conocen perfectamente su mundo sórdido y deprimente. Y en 1978-79 estaba sólo ese disco donde se habla de la poca información sexual de su clase social en el tema “La regla”, del snobismo de las élites intelectuales, “Eunucos mentales”, del conformismo al que han llegado las gentes de su barrio metiéndose en la sociedad de consumo con “Venid a las cloacas”, sus declaraciones de principios y el lugar que desempeñan en este mundo con “Confusión”, “Curriovi de barrio” y “Nos gusta cagarnos en la sociedad”; a los marcados por la miseria desde el día que nacieron en “Nacido del polvo de un borracho y el coño de una puta”; y entre todas ellas la mejor canción del disco, “Ciutat podrida”, compuesta a medias por la poetisa Esther Valles, que años más tarde volvería a escribir con Morfi Grey y el Tío Modes “La losa” en el disco de Morfi en solitario. “Ciutat podrida”, aunque cantada en catalán y con claro acento charnego, toda ella está sostenida por la guitarra killer y sobreamplificada del Tío Modes. El disco tardó muchos meses en salir, casi un año. Por aquellas fechas viene Iggy Pop a España a tocar acompañado por la Sonic Rendez Vouz Band, formada por el guitarrista de los MC5, Fred “Sonic” Smith, futuro marido de la cantante Patty Smith, y Scott “Rock Action” Ashentohn, antiguo batería de los Stooges, o sea, antiguo compañero de fechorías de Iggy Pop; y otro exStooge, Scott Thurson, y el exbajista de otra killer band de Detroit, los Up, Gary Rasmussen. En una de las críticas de aquella época sobre un concierto de la Banda Trapera del Río decía: “Suena igual que el concierto que ha dado Iggy Pop hace unos meses”, y yo me pregunto por qué no los pusieron de teloneros de la Iguana, en lugar de los pegoteros de Peligro. Los Traperos eran una auténtica reencarnación de los Stooges, habían nacido en tierra de nadie y tuvieron que organizárselo todo ellos mismos, como tuvieran que hacerlo en nuestras antípodas los australianos Radio Birdman. Por entonces continuaba sin salir su esperado LP, y en algunos locales empiezan a ser boicoteados y tachados de broncas y barriobajeros. En el cabaret Tabú de las Ramblas (que luego inmortalizara el dibujante Pons en las historietas de María Lanuit para la revista El Vívora) son expulsados después de una actuación en la que fueron teloneados por Teddy Loquillo y sus amigos, banda formada por Loquillo como cantante y Carlos Segarra como guitarrista, entre otros. Han cumplido su primer aniversario como grupo y deciden festejarlo con uno de sus shows de rock killer, y además se presentan para consejales en el Ayuntamiento de Cornella. Debió de ser una auténtica pasada ver a los Traperos montados en un dos caballos con la capota levantada en plan candidato a presidente de los Estados Unidos y gritando “¡Queréis que sea vuestro alcalade!”, llevando como escolta una panda de currions de barrio montados en puchs y derbys con orquillas como las de las shoppers, en plan ángeles del infierno, parecían recién salidos de una película de José Antonio de la Loma. En su programa político prometían plantar marihuana en el río Llobregat. A pesar del boicot que les habían hecho en muchos sitios seguían montándoselo como podían, para eso tenían a su manager “el Chiri”, sin nada que envidiar a ingleses como Malcom McLaren o Bernie Rodees, agentes de Sex Pistols y Clash respectivamente. El Chiri, con sus ruedas de prensa marcianas y celebraciones de cumpleaños de la Trapera se supo ganar a la prensa musical de la ciudad condal, como lo comentado arriba de presentarse al Ayuntamiento y otros igual de originales. Por cierto, en lo de presentarse a candidaturas políticas se adelantaron a los vizcaínos Eskorbuto, que en 1986 se presentaron a las Elecciones Generales, o a Jello Biafra, cantante de los Dead Kennedys, que se presentó a alcalde de la ciudad de San Francisco. Born to be wild Por el verano de 1978 dan unas cuantas actuaciones por el territorio nacional reclutando una legión de seguidores. En Madrid tocan durante tres noches seguidas en la sala M&M, por entonces la sala de rock por excelencia de la capital. En el Disco Express indicaban “La Banda Trapera del Río estuvieron aquí en Madrid, se bebieron todas las botellas de cerveza que les pusieron por delante y cantaron canciones de muchas palabrotas e insultos políticos. Los grupos punk son todos iguales”. Una auténtica injusticia, porque como ya diría Ignacio Juliá “Tal vez pareciese muy demagógico si los sacaras de su contexto”, quizá alguna gente los considerase una banda punk del montón, pero no era eso. Siempre pensé que lo del punk y ellos fue una coincidencia, y si la Banda Trapera del Río hubieran nacido en el año 2003 en vez de en 1976 hubiesen seguido haciendo también el rock de alto voltaje que después de todo era la música que ellos conocían y les gustaba, la de su ámbito y la que su gente le pedía. De todas formas las tres noches en Madrid fueron un auténtico éxito, y entre el público estaban unos alucinados Kaka de Luxe, que además les pidieron ser sus teloneros. También tocan en Zaragoza y Bilbao, donde tienen un increíble éxito de público y donde no cabe duda que influyeron al rock radical vasco. Por esa época ya ha salido el single con la canción “La regla”, que se agotó en las tiendas aún teniendo una nula distribución. Igualmente actuaron en el último festival de doce horas de Canet Rock junto a gente como Ultravox, Blondie y la malograda Nico. Tocan al final del concierto despertando a todo el adormilado auditorio. Y hasta consiguen que Victor Jou, dueño de Zeleste, el local estaba entonces en la calle Platería, templo de todo lo que los Traperos odiaban y habían jurado destrozar (la música mediterránea con aires caribeños y la nova canço) los contratase para tocar durante dos noches. Parece imposible que fueran contratados por Jou para actuar en dicha sala en aquellos tiempos por una gente que en 1977 le quitaron la electricidad a los madrileños Para Celso, grupo que tenía como cantante al showman conocido como el Gran Wyoming, y simplemente por hacer rock and roll. Las actuaciones en Zeleste fueron un auténtico éxito. Los Traperos comentarían de aquello “Sí, la verdad es raro que ellos nos hayan llamado, y mira que nosotros nos cagamos en ellos en entrevistas, lo bueno es que son ellos los que nos han llamado. Todo el mundo se mata por actuar en Zeleste. Ha sido bueno para ellos y para nosotros, ellos se modernizan y nosotros nos sacamos una pasta, que nunca viene mal, y nos quitamos esa fama de bestias que se pegan de hostias con el público y todo eso, ya me dirás que gracia tiene bajar a pegar a dos o tres mil personas... aunque a veces lo hayamos hecho. En 1979 sale por fin el primer LP de la Banda Trapera del Río. El disco es una auténtica Biblia negra del rock español para el año que salió y todo un símbolo. Prohibido en todas las emisoras comerciales, que los censuraron cobardemente, y para colmo la Belter hizo una distribución de lo más tercer mundista y cutre, y eso que se agotó en las tiendas, pudiendo haber llegado a más gente. Los comentarios del grupo sobre la discográfica eran “Son unos hijos de puta, nos hacen una liquidación de material horrible. Decían que el single de “La regla” habíamos vendido 43 singles, cuando sólo en Cornellá hemos vendido más de 200”. En aquel momento la banda había pasado por varios cambios, el Llobregat fue expulsado y el Rockhita se casó dejando el grupo, entraron un nuevo bajista, el Montoya, de la conocida familia de artistas flamencos de Barcelona, que les daba un toque más contundente a sus directos.
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