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miércoles, abril 14, 2010

Muere Juan Pulido, batería de La Banda Trapera del Río (El País)

"Yo lo que quería era que la gente entendiera esas letras, que mi manera de ser no cambiara, que La Trapera nos sobreviviera".


Fue miembro fundador del primer y posiblemente más influyente grupo punk de España

IÑIGO LÓPEZ PALACIOS - Madrid - 13/04/2010

Juan Raf Pulido, batería y letrista de La Banda Trapera del Río, ha fallecido en Barcelona a los 53 años a causa de un cáncer de garganta. Pulido se unió al grupo poco después de su primer concierto, el 13 de noviembre de 1976, para muchos la fecha de nacimiento del punk español. Tenía 19 años y era el mayor y más experimentado de los componentes de La Trapera. "Un magnífico poeta. Uno de los mejores letristas de rock en lengua hispana sin saberlo ni pretenderlo", en palabras de Iñigo Munster, responsable de Munster Records, discográfica que revitalizó al grupo en los años noventa.  

"A mí me gusta estar libre, yo no puedo estar encerrado en una fábrica", contaba Pulido, que era hijo de un pequeño industrial y antes de entrar en el grupo había sido aprendiz de mecánico o lampista. En su primera época, de 1976 a 1982, antes de que la heroína y el desgaste de años en la carretera sin conseguir dinero llevaran a una separación casi violenta, este "grupo de adolescentes rebeldes" de Cornellá, según la definición de su cantante, Morfi Grey, publicó un álbum homónimo que ha sido fundamental para entender el desarrollo de este estilo en España. "Podían ser espectacularmente violentos y su capacidad para crear algaradas estaba fuera de toda duda", escribía el periodista Jaime Gonzalo en Escupidos de la boca de dios, su biografía de la banda editada en 2006.

Para varias generaciones estos audestructivos hijos del cinturón industrial de Barcelona fueron un mito precisamente por sus excesos. Durante una década, la de los ochenta, las copias en casette del álbum circulaban como un tesoro de mano en mano entre adolescentes que llevaban años oyendo hablar de temas como Curriqui de barrio, nacido del polvo de un borracho y el coño de una puta o La regla, y de aquella pandilla de salvajes rockeros. Decenas de grupos de toda España les mencionaban entre sus referencias básicas. Esto fue lo que motivó que en 1992 volvieran para recoger los frutos de aquella leyenda agigantada por el tiempo y publicaron Guante de guillotina, su segundo álbum, que había sido grabado originalmente en 1982. Después vendría Directo a los cojones(1993), un disco grabado en vivo, y Mentemblanco (1994), su último trabajo en estudio antes de una segunda separación igualmente traumática debido a las desavenencias personales entre Pulido y Morfi Grei, el cantante del grupo.

En 2004 moría Tio Modes, el tercero de los miembros míticos del grupo, y aquello facilitaba un pequeño acercamiento entre los dos supervivientes. Una relación que culminó con una tercera reunión en 2009, en principio para un concierto en su Cornellá natal. El éxito de esa convocatoria, a la que acudieron más de 3.000 personas, motivó una tercera encarnación de La Banda Trapera del Río. En esta ocasión, la nueva formación incluía como guitarrista a Raúl, el hijo de Juan. Habría oportunidad de dos directos más, en Bilbao y Coruña, antes de que el cáncer hiciera imposible que Pulido siguiera en el escenario. Llevaba ingresado en el hospital desde el pasado 24 de marzo, un día antes del concierto de La Banda Trapera del Río en Las Ramblas de Barcelona, un directo que le hacía especial ilusión y que finalmente se convirtió en un homenaje al batería.

La herencia de sus letras se puede detectar en decenas de bandas de rock urbano y callejero. Incluso el grupo más popular que jamás ha salido de Cornellá, Estopa, reconoce que crecieron escuchando sus temas. "Al final me salí con la mía", decía en 2006. "A mí nunca me ha faltado dinero, yo lo que quería era que la gente entendiera esas letras, que mi manea de ser no cambiara, que La Trapera nos sobreviviera".

sábado, diciembre 15, 2007

La Banda Trapera del Río. Con punk las penas son menos (entrevista a Morfi en la revista 26.LDNM)

Revista LDNM

Web www.ladinamo.org

26.LDNM - Oct-Dic 2007 - Música

La Banda Trapera del Río. Con punk las penas son menos.

Víctor Lenore

La Banda Trapera del Río fue lo más cercano que tuvimos a unos pioneros del punk, aunque su aire cutre (por barrial y proletario) asegura que nunca vayan a ser reivindicados por las revistas cool o los catálogos de tendencias.

Su rock de ciudad dormitorio fue la semilla de muchas cosas, desde el rock radical vasco al orgullo callejero de Estopa. El libro Escupidos de la boca de Dios (Distrolux, 2007), recientemente publicado, repasa la historia del legendario grupo de Cornellá. LDNM ha hablado con Morfi, cantante de “La Trapera”.

Hoy la vida de Miguel Ángel Sánchez –cantante de la banda, alias Morfi Grey– ha cambiado bastante. “Tengo la típica casita con jardín. Mi mujer es familia de los Jijona y trabajo en la fábrica de turrones, helados y horchata que tienen en Granollers”. Se muestra un poco avergonzado de no estar al día de la agenda cultural. “Leer no puedo porque tengo dos críos y eso me impide concentrarme. La última película que vi fue Ratónpolis, así que ya te puedes imaginar”.

De hecho, hasta parece preocupado por la juventud del país. “Bueno, sí , en el libro digo alguna frase que puede parecer injusta. No es verdad que hoy los chavales sólo se rebelan cuando no les compran una Playstation. Lo que quería decir es que ahora les damos a los críos los regalos antes de que los pidan. Creo que eso tendrá consecuencias en su carácter”.

Cuando acabamos de hablar, se vuelve a disculpar “por ser poco interesante”. No tenía por qué. Diría que contestó con bastante gracia.Un libro y un recopilatorio son momentos para hacer balance.

¿Qué crees que fue lo más valioso y lo más prescindible de La Banda Trapera del Río?

El grupo fue una especie de grito inconsciente, pero los primeros discos de cualquiera siempre tienen algo especial, supongo que precisamente esa inconsciencia. Mis canciones favoritas son del primero “Curriqui de barrio” y “Ciutat podrida”. También me gusta una tardía del Mentemblanco (1994) que es una historia real. Se titula “Yonqui Palace” y habla de la unidad de desintoxicación del Hospital San Pablo.

En cierta época fue a parar por ahí Johnny Thunders (New York Dolls). Me enteré por mi amigo Miguel Real de Asúa, de las bodegas Cune. Es un hospital público, pero también se puede ir por lo privado: los pijos que van allí a curarse lo llaman Yonqui Palace. Es todo confort.

Jaime Gonzalo te compara en el libro con Johnny Boy, el tarado que interpretaba De Niro en Malas calles.

Qué simpático es Jaime...

Bueno, te compara pero dice que tú eras más listo. ¿Cuáles eran tus iconos cinematográficos y musicales?

A mí lo que me gustaban eran los Beatles, Chuck Berry, el glam. Íbamos a una discoteca de barrio y tuvimos la suerte de que el discjockey pinchaba a los Stooges. A final de los setenta hubo un revival muy fuerte de los Who y me hacía gracia la locura de Keith Moon.

En el libro explicas que a veces ibais de empalmada, borrachos o drogados, a la boca del metro a reíros de los obreros que madrugaban para ir a trabajar.

Sí, es verdad, pasábamos el tiempo inventando tonterías de estas. Ahí tuve un chasco importantísimo. En pleno viaje de LSD me acerqué al metro y vi a mi padre. Sentí vergüenza ajena porque me di cuenta de que me estaba riendo de mí mismo. Son cosas muy nihilistas.

La verdad es que reírte de los obreros no casa mucho con tu militancia comunista.

Bueno, eran más bien simpatías, pero era sólo yo. Nos invitaban a tocar a una fiesta del PCE y podía aparecer otro del grupo vistiendo cruces gamadas y metiéndose con las feministas.

En el prólogo del libro, Diego Manrique dice que Estopa, que son de vuestro barrio, han sabido evitar todas las trampas en las que cayó La Trapera.

Puede ser, tú. A Estopa no los conozco, debían de tener dos o tres años cuado estábamos en pleno apogeo. Ellos tienen una cosa a favor importantísima: en España cualquier cosa que tenga una raíz flamenca tiene un cincuenta por ciento ganado. Si encima haces letras simpáticas, geniales y divertidas, pues ya lo tienes todo. Les enseñó a tocar Rockhita, que fue guitarrista nuestro, aunque nunca tuvo un papel muy relevante en el grupo. Cuando empezó a salir Estopa en Cornellá estaba hecha ya la limpieza salvaje de camellos y atracadores de poca monta.

¿Rockhita fue el que acabó siendo policía?

Sí, pero ya estaba fuera de la banda. Es divertido porque su viuda, Laura, era policía secreta.

¿Cómo es posible estar en La Trapera y acabar en la policía?

Recuerdo que, cuando éramos pequeños, nos llevó una vez a su casa. Lo primero que hizo el padre al vernos fue señalar una estaca que tenía colgada en la pared. Nos dijo: “Mirad: con esto le pego a mi hijo”. Ostia, a lo mejor tiene que ver con eso. No sé.

En una ocasión hicisteis campaña para la alcaldía de Cornellá.

Fue un amago. Cada año celebrábamos el cumpleaños de la banda con un autohomenaje por resistir juntos. Este sería el segundo o tercero. Era una parafernalia, pero ni siquiera intentamos lo de las firmas. Sólo desfilamos en coche descapotable con capas de rey y coronas. Delante iban todas las motos robadas y trucadas del barrio haciendo de séquito con los travestis. Estábamos todo el tiempo pensando en tonterías así . También montamos una presentación en la primera sex shop del Barrio Chino de Barcelona.

Lo que más me ha impresionado del libro es que siendo unos críos hicierais varios kilómetros en autoestop para ir al local de ensayo. ¿Cuánto tiempo duró eso?

Pues un año entero. Íbamos y volvíamos hasta Viladecans. Aún no estaba Modesto (Agriarte, guitarrista). Con tal de tener un guitarra capaz de tocar “La regla” o una versión de Teen Tops nos íbamos a un pueblo que estaba a cuatro del nuestro. Como no había transporte público, la gente nos llevaba. Tardábamos una hora o así. A la vuelta del ensayo era de noche y costaba más. La gente nos cogía tranquila porque teníamos dieciséis años.

Eskorbuto os han reivindicado como influencia. ¿Ves vuestra huella en algún grupo actual?

Bueno, no sé... No soy yo el que lo tengo que decir. En el País Vasco siempre nos trataron muy bien. Uno de nuestros mejores conciertos fue allí en un pabellón, en 1979. Podríamos haber explotado cuando el ayuntamiento de Bilbao nos pagó para tocar en la Semana Grande. El problema es que esa tarde se puso a llover y tuvieron que suspenderlo.

¿Te arrepientes de algo en la historia del grupo?

Quizá podríamos haber llegado a tener algún número uno en Los 40 Principales. Pero también me gusta ser una leyenda negra, el haber sido un desastre. Creo que si nos hubiéramos hecho millonarios habríamos acabado todos fatal.


El grupo en cinco datos

- Estuvieron activos desde 1976 a 1982. En 1992, con motivo de la reedición de sus dos primeros elepés, se volvieron a juntar. Grabaron dos discos más y volvieron a separarse en 1996. La mejor forma de sumergirse en su repertorio es el disco-libro Grabaciones completas (Munster, 2006).

- Aunque se les considera precursores del punk en España, ellos se desmarcaban del término, como queda claro en las entrevistas de la época: “Nosotros no somos punk. Eso va con otra sociedad, con otro mundo, no queremos ser una ferretería ambulante. Nuestra historia es la de la gente de Viladecans, de Sant Boi, de Cornellá, de Bellvitge, que es donde vivimos y trabajamos. Si nos va la música es para ir de lo más sublime a lo más asqueroso, desde tener un ligue increíble a tener que hacerte una paja”. Pues eso.

- El 10 de marzo de 1978 tocaron en el festival Broncorock en la Casa de Campo de Madrid. Así lo cuenta el batería Rafa Pulido: “Nada más llegar vimos como las pandas de Vallecas daban una paliza a uno de los organizadores. Habían reventado las vallas y se habían colado por la cara. A los de Lone Star les habían robado la batería. No había dinero para pagar a los grupos y los guantazos iban y venían. Ya que estábamos allí decidimos tocar. Dimos un conciertazo. Al acabar subió un menda al escenario, cogió el micro y obligó a todo el mundo a aportar algo de pasta. ¡Nos dieron 76.000 pelas en monedas! Además nos cargaron la furgoneta y nos metieron micros que no eran nuestros”.

- En esa época, el presentador Ángel Casas escribía esto sobre el grupo en su columna “Mundo pop”: “Hacen canciones que no presentaría Uribarri en Aplauso. Son sin duda las más viscerales canciones de denuncia que se hayan compuesto y cantado aquí. Sirven para dar testimonio de una juventud cloaquera dispuesta a no ocultar su basura, sino a echarla a la cara”.

- Dos momentos macarras recordados por el bajista, Jordi Subidas: “Estábamos en casa de Morfi, éramos trece personas y Javi quiso hacer rayas para todos. Le pidió un espejo a Morfi. Este se fue a su habitación , desencajó la puerta e un armario ropero y volvió a la sala”. La segunda: en su reaparición a mediados de los noventa tocaron en el bar Amordiscos de Vigo usando como escenario dos mesas de billar juntadas para la ocasión.

1 comentarios a La Banda Trapera del Río. Con punk las penas son menos.

1. «Saludos traperos!»
Dicho por Curriqui de Barrio el Wed 12-03-2008 13:45 (UTC)

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«Saludos traperos! [...]»
Dicho por Curriqui de Barrio en 26.LDNM
La Banda Trapera del Río. Con punk las penas son menos.

domingo, octubre 23, 1994

Diferentes (EL PAÍS)

ELPAIS.com

LA SEMANA EN POP
Diferentes
FERNANDO MARTÍN 23/10/1994

Lo son entre ellos y también con respecto al férreo patrón establecido por el negocio del pop. Pero es bueno que lo sean. En este adocenado fin de siglo, sólo el descubrimiento de atractivas diferencias puede invitarnos a la excitación. Lo demás es un mar de aburrimiento o un océano de ausencia de interés.

(...)

Pero diferencias, diferencias, las que cuatro locos de Cornellá ponían de manifiesto a mediados de los febriles años setenta. Eran, son, La Banda Trapera del Río, lo más alejado al rock layetano, Los Manolos, la Barcelona Olímpica o los mismísimos De la Rosa o Pujol. Carne de cañón, curriquis de barrio, ángeles de cuero en un infierno suburbial, Morfi Grey y Tío Modes han visitado el extrarradio de la capital -no podía ser de otro modo-, casi veinte años después de su primer exabrupto sonoro. Así, por fin hemos podido disfrutar en vivo de la descarga de estos nacidos del polvo de un borracho y el coño de una puta. Que hasta en eso, en el nacer, se puede diferir.

viernes, octubre 21, 1994

Padre e hijos del rock radical coinciden en Madrid (EL PAÍS)

ELPAIS.com
Padre e hijos del rock radical coinciden en Madrid
F. Í., - Madrid - 21/10/1994

La Banda Trapera del Río, mítica banda de Cornellá nacida como respuesta española al punki inglés en los setenta, actúa hoy en Alcorcón, al tiempo que Platero y Tú, una formación más reciente de Bilbao, lo hace en Revólver.

Puede decirse que los catalanes son los padres y los vascos unos hijos aventajados del rock radical.Siempre se ha dicho que si La Banda Trapera del Río hubiera nacido en Madrid en lugar de Barcelona aún se hablaría con admiración de ella. Nunca sentó bien su actitud radical y provocativa, de la que hacían gala y que les granjeó fama de antisociales y otras cosas peores. Aunque éste es su enésimo intento de reagruparse, fueron demasiado bestias para la España de la transición, cuando de verdad había poco rock and roll.

Los de Platero y Tú intentan recoger la antorcha de la provocación. Y si los catalanes se atrevieron a cantar en su día Nacido del coño de una puta y del polvo de un borracho, los bilbaínos arremeten con Hay poco rock and roll, su quinto y último disco, donde se rinde homenaje a insignes rockeros como Mick Jagger o Rosendo.

La Banda Trapera del Río actúa hoy en Flamingo Road (Navales 20. Polígono industrial Urtinsa II). Alcorcón. 23.00. Entrada libre.

Platero y Tú, en Revólver (Galileo, 26). 24.00. 1.000 pesetas.

sábado, marzo 19, 1994

La Banda Trapera del Río vuelve a poner música al extrarradio (El País)

La Banda Trapera del Río vuelve a poner música al extrarradio

Los pioneros del 'punk' español reaparecen con un disco en directo

RAMÓN DE ESPAÑA, - Barcelona - 19/03/1994
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La Banda Trapera del Río fue, a finales de los años 70, el grupo español punk por antonomasia. La vida en común de sus miembros fue tan breve y tan caótica como la de sus primos de ultramar, los Sex Pistols, pero su disolución dejó abiertas las puertas de la leyenda. Catorce años después, la Banda vuelve a la carga y llena las salas de conciertos de un público variopinto que incluye a Cuarentones, treintañeros y adolescentes con cresta que eran unos críos en la época en que Johnny Rotten gritaba que no había futuro y Morfi Grey, el cantante de los traperos, berreaba, ciego de cerveza y machete en ristre, sus hinmos del arroyo.

      La noticia en otros webs

      En homenaje a ese público tan entregado, la Banda publicará dentro de unos días un disco en directo que lleva un título muy propio de unos músicos que nunca han tenido pelos en la lengua: Directo a los cojones.Para Morfi Grey (nacido Miguel Angel Sánchez) la reunión era inevitable: "A todos nos apetecía volver a tocar juntos. Después de su disolución, la Banda se convirtió en un grupo mítico del que mucha gente había oido hablar pero al que muy pocos habían visto en directo. Resultó que no solo se acordaban de nosotros nuestros coetáneos, sino que había cantidad de chavales absolutamente entregados a la causa y que sólo nos conocían por referencias. Para todos ellos hemos creado el Club Trapero, del que ya tenemos unos 300 socios".
      La Banda Trapera del Río nació en la Ciudad Satélite de Cornellá, una barriada obrera del extrarradio barcelonés donde la teoría del señor Rotten sobre la falta de futuro de la juventud era a finales de los 70 una realidad cotidiana: "Todos éramos hijos de emigrantes y veíamos el porvenir muy negro. Como mucho, sabíamos que podíamos acabar trabajando en una fábrica, como nuestros padres, y jubilarnos al cabo de 40 años con un reloj de regalo en premio a los servicios prestados a la empresa. O sea, que la cosa daba asco. Por eso empezamos a hacer canciones explicando cómo estaba el patio, qué era aquello en lo que no nos queríamos convertir...".
      Así salieron canciones como Curriqui de barrio o Ciutat podrida, tema de amor-odio a su Cornellá natal y una de las pocas piezas del punk rock barcelonés interpretadas en catalán. Sintiéndose un pionero en ese terreno, Morfi solo tiene sarcasmos para la explosión del llamado rock catalán: "Es un desastre por un motivo evidente: porque el rock tiene que salir de la calle y no puede ser diseñado en un despacho por un calvorota tripón que, para colmo, pertenece a un partido de derechas, reaccionario y carca como Convergencia i Unió. El rock no lo pueden hacer los políticos, pero lo están haciendo. Y se están dedicando a engañar a los chavales".

      Rock convergente

      El rock convergente no es el único tema que saca de quicio a nuestro hombre: "Me revienta muchísimo esa actitud de santones que llevan tiempo adoptando ciertos músicos dentro y fuera de España. El rock and roll no puede ser una pandilla de hermanitas de la caridad que se pasa la vida organizando festivales benéficos. Esto se ha llenado de profetas que están constantemente recaudando dinero contra el sida o montando campañas contra las drogas o dando la tabarra con el ecologismo y la necesaria salvación de las ballenas. ¡Que les den por el saco a las ballenas, tío! El rock es otra cosa. Además, estoy harto de hipócritas que organizan festivales antidroga y salen al escenario a comerles el coco a los chavales, después de haberse puesto hasta las orejas de farlopa en el camerino".Las drogas son algo que Morfi ha sufrido en carne propia, pero ello no le lleva a ningún tipo de actitud moralista: "La droga destrozó mucho a mi barrio. Hay un antes y un después de la heroína en Cornellá. Antes había bandas, gente que se daba de palos mutuamente y marcaba su territorio, pero con la heroína llegaron los atracos, las pistolas, los muertos... Yo me enganché a la heroína, lo reconozco. Cuando la conseguí dejar me pasé a la cocaína y fue otro desastre, pero también salí de la cocaína. Salí porque siempre he sido un tipo fuerte con ganas de hacer cosas. El asunto de las drogas se está dramatizando en exceso con tanta asociación, tanto reality show y tanta tontería. Si tomas drogas es porque algo no te funciona. ¿Verdad que llamas al fontanero cuando se emboza el lavabo? Pues cuando te embozas tú, te pones en manos de un médico y te arregla, Así de fácil".
      Ante las posibles acusaciones de rentabilizar la nostalgia, Morfi asegura que serán falsas: "No vamos a cantar exclusivamente las viejas canciones. Estamos componiendo material nuevo, y personalmente, estoy preparando material para un proyecto ajeno a la banda, canciones más acústicas, menos duras, para tocar en pequeños clubes".
      Preguntado por la vigencia del punk rock, Morfi, reconoce una deuda general y particular con la música de sus años mozos: "El punk rock fue un gran revulsivo. La escena musical internacional estaba llena de dinosaurios para los que el movimientopunk fue, hablando en plata, una patada en los cojones. Nada ha vuelto a ser lo mismo desde entonces".

      miércoles, febrero 23, 1994

      Concert a Màgic 23/02/94 (fotos i comentaris de Xavier Mercadé)

      La Banda Trapera del Rio, sala Màgic (Barcelona), 23 de febrer de 1994 









      Cal cap explicació? Bé, posem-ho al menys una mica en contexte. Morfi, Tio Modes i companyia havien tornar a la carretera arrel de l'èxit de la reedició del seu primer Lp i de la edició del perdut Guante de Guillotina. Estaven a punt d'editar el doble disc en directeDirecto a los cojones i de passada van crear el Club Trapero, una mena de club de fans del grup. 

      Per presentar en societat van voler lliurar els primers carnets d'aquest selecte Club Trapero en un concert inoblidable a la sala Màgic. Després de donar-li un a un periodista d'Efe (¡¿?!) van voler entregar-li el seu a en Flowers. Aquest s'ho va agafar a la valenta i va acabar com va acabar... es a dir, buscant les sabates per tot el Màgic (algú els hi va amagar). 

      El bo i millor ho heu pogut veure en les fotos que he penjat aquest cap de setmana. Només en falta una: quan Flowers va intentar agredir-me amb el pal del micro. Evidentment en aquell moment vaig preferir guardar la meva integritat física i la de la meva càmera que no pas immortalitzar un cop més la seva titola.