ELPAIS.com
Numerosos actos culturales en las fiestas de la Merced de Barcelona
ENRIC CANALS - Barcelona - 22/09/1979
Se iniciaron en Barcelona las tradicionales fiestas de la Merced. Por espacio de tres días, y en diversos enclaves de la ciudad, tendrán lugar numerosos actos que van desde el teatro a los recitales de música clásica y moderna, pasando por diversas competiciones deportivas, exposiciones y bailes populares.
(...)
La gran plaza de Cataluña ha sido habilitada para la celbración de espectáculos infantiles y bailes populares. Anoche estaba prevista la actuación en este recinto de Sisa, la orquesta Tribu y Gato Pérez. Hoy lo hará la de Oriol Tramvia, la Orquesta Encantada y la Orquesta Niza, mientras que mañana lo harán la Compañía Eléctrica Dharma, Pau Riba y La Banda Trapera del Río.
(a rock and roll diary) (o el blog de la Banda Trapera del Río)
sábado, septiembre 22, 1979
domingo, julio 08, 1979
Ruidos y músicas en la "jungla" de cemento y metal (EL PAÍS)
ELPAIS.com
REPORTAJE: El murmullo de la ciudad
Ruidos y músicas en la "jungla" de cemento y metal
08/07/1979
Es un murmullo formado por otros murmullos, compuesto de ruidos particulares. Frenos chirriantes, una excavadora, la moto chula, la tubería, el ruido de un motor que vibra junto a la goma, sobre el asfalto y, de cuando en cuando, el viento o un audaz pájaro enjaulado.Y contra este murmullo, contra este sonido insidioso y metálico, no hay ninguna defensa. Al nivel de la calle, en las casas que escuchan el ascensor, en el subsuelo como un rugido rodante y omnipresente, no podemos cerrar nuestros oídos, que aprenden así una gama de sonidos disformes, pero fuertes, opacos, pero potentes.
(...)
Pero, en general, la paranoia se extiende por el asfalto. Los nombres de los grupos merecen ser repetidos otra vez más: Suicidio, Comandos Suicidas, Topo, Suburbano, Los Motores, Alambre, La Matanza y los Perros, los Niños Muertos y la génesis de todo: Planta de Fuerza. Así se produce la música eléctrica y éstos son sólo sus representantes directos, quienes no ocultan (al igual que los grupos pesados, superestruendosos, como Van Halen o Ted Nugent) la verdadera naturaleza de su arte. Esta música no amansa a las fieras, las excita, llevando el murmullo, el color o lo que sea hasta sus últimas consecuencias. Así, ir a un concierto como el de lan Dury o Siouxsie puede ser divertido, pero también es catártico. Luego se vuelve a casa y cuando no está enchufado el tubo reluciente, la radio, el tocata o los cassettes destilan una vez más electricidad en forma bella.
Pero aunque La Banda Trapera del Río salga de los suburbios barceloneses para gritarle a su distinguido público que vayan a las cloacas, donde estarán mucho mejor, una gran parte del respetable no está de acuerdo con tan lúcida proposición. Prefiere tal vez pensar que es autónomo y escucha desde su apartamento en la ciudad-dormitorio los cánticos celtas de Alan Stivell, algún concierto de Vivaldi o la suavidad acústica de la guitarra de Andrés Segovia. Y es que el sonido de la máquina puede disfrazarse en mil formas diferentes que final mente sirven como válvula de escape a la macerada sensibilidad del individuo.
REPORTAJE: El murmullo de la ciudad
Ruidos y músicas en la "jungla" de cemento y metal
08/07/1979
Es un murmullo formado por otros murmullos, compuesto de ruidos particulares. Frenos chirriantes, una excavadora, la moto chula, la tubería, el ruido de un motor que vibra junto a la goma, sobre el asfalto y, de cuando en cuando, el viento o un audaz pájaro enjaulado.Y contra este murmullo, contra este sonido insidioso y metálico, no hay ninguna defensa. Al nivel de la calle, en las casas que escuchan el ascensor, en el subsuelo como un rugido rodante y omnipresente, no podemos cerrar nuestros oídos, que aprenden así una gama de sonidos disformes, pero fuertes, opacos, pero potentes.
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Pero, en general, la paranoia se extiende por el asfalto. Los nombres de los grupos merecen ser repetidos otra vez más: Suicidio, Comandos Suicidas, Topo, Suburbano, Los Motores, Alambre, La Matanza y los Perros, los Niños Muertos y la génesis de todo: Planta de Fuerza. Así se produce la música eléctrica y éstos son sólo sus representantes directos, quienes no ocultan (al igual que los grupos pesados, superestruendosos, como Van Halen o Ted Nugent) la verdadera naturaleza de su arte. Esta música no amansa a las fieras, las excita, llevando el murmullo, el color o lo que sea hasta sus últimas consecuencias. Así, ir a un concierto como el de lan Dury o Siouxsie puede ser divertido, pero también es catártico. Luego se vuelve a casa y cuando no está enchufado el tubo reluciente, la radio, el tocata o los cassettes destilan una vez más electricidad en forma bella.
Pero aunque La Banda Trapera del Río salga de los suburbios barceloneses para gritarle a su distinguido público que vayan a las cloacas, donde estarán mucho mejor, una gran parte del respetable no está de acuerdo con tan lúcida proposición. Prefiere tal vez pensar que es autónomo y escucha desde su apartamento en la ciudad-dormitorio los cánticos celtas de Alan Stivell, algún concierto de Vivaldi o la suavidad acústica de la guitarra de Andrés Segovia. Y es que el sonido de la máquina puede disfrazarse en mil formas diferentes que final mente sirven como válvula de escape a la macerada sensibilidad del individuo.
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Publicado por
Toni
en
4:23 p. m.
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domingo, marzo 11, 1979
3 de marzo de 1979: funeral de Sid Vicious en el Orfeó Catalònia de Cornellà
Millones de gracias a Pere Llorens por esta reliquia!!! Al loro con la anécdota que nos cuenta :
"El Sábado 3 de Marzo de 1979 andábamos mi padre y yo por una calle cerca de Plaza Universidad, Aribau o Muntaner, no recuerdo a donde íbamos. De repente baja La Trapera por la misma calle. Mi padre exclama….Hostia!!!!!, imagínatelos con la pinta que llevaban. Y mi padre ve (aún debe flipar con la escena) que me acerco a ellos…..iban a una tienda de electrónica, aún hay por la zona. Los saludo y Tío Modes me da el recordatorío. Quedo con Mario Winchester para ir.
Son las 9:30 y me encuentro con Mario en el Paseo de Gracia….tocando en la calle hay unos “Freaks” con pinta de Bob Dylan, gorras y gafas de pasta, con guitarras, son 3 o cuatro, hacen versiones de Dylan….de flipe, parecen Beatniks sacados de la primera mitad de los 60’s.
Cogemos el metro hasta Cornellá, no recuerdo que estación….San Ildefonso tal vez. Llegamos a las puertas de l’Orfeó…..menuda vasca hay en la entrada, eso no lo veía un tierno mancebo de l’Eixample que es lo que yo era….tipos duros de La Satélite quillos, pelos largos, pantalones de campana con el peine en el bolsillo de atrás…y Mario y Yo de punkies con badges y tal. Se nos quedan mirando pero sin el más mínimo ánimo de bronca….llegamos y nos pasan el canuto, joder!!!, que amables pensé. Una gamba cuesta me dice uno…una gamba????, pregunto….sí una libra, no había oído en mi vida lo de gamba para referirse a 20 duros.
Entramos y nos encontramos a Xavi Cots con dos chavalas, nadie más conocido. Tal vez estuvieran Silvia Resorte y Juanito pero aún no los conocía.
Empieza el sarao; colocan una escalera en el escenario y se sube Morfi a ella, empieza a recitar una especie de poema surrealista….solo recuerdo….”águilas de plástico”, acaba el poema, salen a tocar.
El Morfi aparece pegando saltos y con su peculiar manera de bailar, sonriente y con gafas ahumadas exhibiendo un canuto de palmo y medio. Se transpira un buen rollo entre la gente que dá gusto.
Hace poco que “han dado el piro al Llobregat (como me dijo Tio Modes después del concierto)
y Rockhita está ahora al bajo. Vamos que falta una guitarra y Tio Modes no dá abasto, a la Banda le falta el músculo de 2 guitarras pero no dejan de sonar de puta madre.
A mitad del concierto le dan al Morfi un aparejo de lo más apañado que haría las delicias de los más fumetas de Christiania…en Copenhage. El artilugio en sí era el palo de una escoba, convenientemente agujereado por dentro y con cinco o seis agujeros en los que habían puesto un porro encendido en cada uno de manera que tapando un extremo y aspirando por el otro te metías entre pecho y espalda el humo de 5 o 6 perolos… Empieza pegándole el Morfi y se lo pasa al público (hoy en día haces algo así en un concierto y acabas en la cárcel)…..nos llega a Mario y a mi y……como no!!!!, le dimos a fondo todo lo que pudimos. El alucine y una tos salvaje nos duró el resto del concierto.
Lo mejor de todo fue ver a La Trapera en su salsa, con su gente y el buen rollo que se vivía, apenas había salido a la periferia de Barcelona, aquello me impactó y vi que había gente pasándoselo bomba, lejos de Gracia, l’Eixample, el Raval o el Gótico.
En el Verano de 1978, conocí de carambola a El Pérez en el Puerto de Sóller, estaban de camping y me hice bastante colega de él. Más o menos por las navidades del 78’ quedé con él y me llevó al local de la Trapera, una casa a medio construir y que utilizaban a modo de club social, atiborrándose de porros y de cubatas de DYC……vaya cubatas….segoviano hasta el gollete y un poco de cola pa darle color. De la banda solo estaba el Llobregat un tío de lo más cordial y amable, me jodió que lo echaran pero por lo visto no pitaba muy bien al bajo."
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Publicado por
Toni
en
8:26 p. m.
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1979,
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Sid Vicious
miércoles, marzo 07, 1979
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