- Raf Pulido.
JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA
Juan Raf Pulido tenía que estar muy debilitado para perderse el concierto de despedida de su grupo, la Banda Trapera del Río, el 25 de marzo, en el ciclo Rambleros. La quimioterapia y la enfermedad habían hecho estragos, y forzaron su ingreso un día antes en la Mútua de Terrassa, tras un ensayo de puertas abiertas en la sala Buks, de Granollers. Pulido murió ayer, a las cuatro de la tarde, víctima de un cáncer de garganta, y su cuerpo se trasladó al Tanatorio de Cornellà, su ciudad.
Allí nació en 1957, en una familia con raíces andaluzas. Su lado artístico se manifestó a través del cómic y la música, y en su adolescencia tocó en un grupo de jazz-rock antes de fichar por la naciente Banda Trapera. «Estaba amargado tocando aquello y se vino con nosotros a hacer versiones de Chuck Berry», recordaba Morfi Grei, cantante del grupo, ayer a este diario. Fan de Ian Paice (Deep Purple), introdujo «redobles y detalles técnicos que no hacían falta para tocar rock de garaje».
LETRISTA AGUDO / Pero, como subraya Morfi, su mayor aportación fueron los textos de canciones como Curriqui de barrio, Eunucos mentales y Nacido del polvo de un borracho y del coño de una puta, que se regodeaban en la exaltación de la marginalidad. «El humor era clave. Reírte del prójimo y de ti mismo. Lo practicó incluso en su enfermedad». Pulido deja dos hijos, Raúl (cantante y guitarrista) y Juan. El cáncer se llevó a otros dos traperos, los guitarristas Tío Modes (2004) y Rockhita (2005).
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