Morfi Grei recuerda la trascendencia de La Banda Trapera del Río
“Éramos nihilistas”
DENA FLOWS - Morfi Grei, en una reciente actuación del grupo |
LOS DE CORNELLÀ A finales de los 70 se convirtieron en precursores del punk español
EL VOCALISTA: “Si no triunfamos fue por el rechazo del ‘establishment’ discográfico”
ESTEBAN LINÉS
Barcelona
Estuvieron activos desde 1976 hasta
1982. En 1992, con
motivo de la reedición
de sus dos primeros elepés,
se volvieron a juntar. Grabaron
dos discos más y decidieron
dejarlo en 1996. Ahora,
para apoyar una película documental
sobre el grupo que verá
la luz en las próximas semanas,
ofrecieron un concierto
puntual, pero esa actuación se
acabó convirtiendo en una minigira,
que se ha visto truncada
por la grave enfermedad de
uno de los músicos del grupo.
El que habla es Miguel Ángel
Sánchez, el legendario Morfi
Grei que liderara a finales de
los setenta La Banda Trapera
del Río, el grupo de Cornellà
al que se considera precursor
del punk español.
Sánchez (Melilla, 1959) recuerda
que “una de las cosas
que también impidieron que
La Banda acabase convirtiéndose
en uno de los grupos de
referencia del rock español se
debióa que éramos unas cabezas
locas”. Son famosas, efectivamente,
las verdaderas performances
en y fuera del escenario
del propio Grei, del tío
Modes o de algún otro miembro
del grupo. Unas cabezas locas
que en el caso de Sánchez
–yonqui confeso y adicto peligroso
para su propia salud– le
llevó a unos tres años de rehabilitación
desde 1984. Morfi lo
explica ahora desde la condición
de padre de dos hijos (“el
mayor va a catequesis, ya
ves”), y “trabajando en una empresa
de Granollers de mi mujer
que se dedica a las horchatas
y turrones”. Grei, de todos
modos, reconoce: “Me acuso
de haber provocado desmanes
en la época, pero no me arrepiento
de nada. Estoy muy orgulloso
de que La Banda acabara
formando parte de la historia
del rock'n'roll español”.
“Nosotros en aquellos setenta
optamos por un rollo musical
distinto porque estábamos
hasta las narices de lo que se
consumía en Barcelona, ya sabes,
el rollo del rock sinfónico,
la música de Yes, la música
laietana, el jazz fusión, es decir,
un muermazo absoluto. Estilísticamente,
nuestro sonido
no era exactamente punk sino
que estaba más cerca del
hard-rock acelerado de los Ramones
o Deep Purple. Si no
nos convertimos en uno de los
grandes grupos del país –prosigue
Morfi Grei– fue debido al
rechazo del establishment discográfico
español, que nos temían.
De todos aquellos agitados
años, “lo que prevalece, sobre
todo, son las letras de nuestras
canciones, que nos han
acabado dando la razón. Reflejaban
cómo éramos, nuestra
postura vital, que era rebelde
y nihilista”.
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