Curriqui de barrio
JUANITO PIQUETE, MÚSICO
Miércoles 14 de noviembre de 2007. Número 65
- CINTAS DE AUDIO. La música de La Banda pasó de mano en mano en cassettes.
Barcelona. 1977. Yo tenía 17 años, era trabajador de la metalurgia, militante de la CNT, rockero y producía teatro independiente en un local ocupado con k en la Barceloneta. En esa época el sonido de la ‘revuelta’ se teñía, a veces, de punk y fue por La Banda Trapera del Río por lo que mucha gente llegó -llegamos- a conocer la rabia y la fuerza del extrarradio obrero barcelonés. La Banda sorprendió a propios y extraños, escandalizó y golpeó, pasando de los estereotipos, fueran o no ‘cool’, como se diría ahora. La Banda Trapera fue lo más salvaje y sincero que uno se pudiera tirar a la cara, y eso cala, sin duda. Sin mitificarles, pero ellos estaban ahí, y dieron su particular versión de la crudeza y de la realidad de una ‘juventud tatuada’. No obtuvieron muy buen trato de la progresía musical, demasiado endogámica a pesar de su incipiente ‘contrapoder’. Ir ‘directo a los cojones’ no suele ser una buena tarjeta de presentación. Cuando eres tan políticamente incorrecto...
Antes de la resurrección de la Trapera, tuve el honor de tocar junto a Oficial Matute en alguna ocasión en los ‘90 y trabar amistad con Rafa Pulido y Tío Modes. Fue emocionante, a pesar de que no fuéramos niños. Pero eso sí, la casta se reconoce en cuanto se huele, muy buena gente. Fuimos un rato por el mismo carril de la carretera. Cuando dos curriquis de barrio se encuentran... se reconocen.
Desde aquí mi recuerdo para Modesto y para todo el resto de la ‘trapería’. Yo también soy enemigo del sistema. ¡¡¡Yo también le quiero pegar fuego!!!
¡Salud y Trapera!
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