sábado, enero 23, 2010

Nacidos para perder (del webzine Moon Stomper)





Moon Stomper empezó como fanzine en setiembre del 98 , pasó a formato web en diciembre del 2000 y sacó su último número (el 9, donde venía el artículo de la trapera) en mayo de 2004. 
La Banda Trapera del Rio


“No, no es justo”, decía yo en el lejano 1988 cada vez que oía hablar a los seguidores del rock de las bandas suecas y australianas de garage que hacían rock en plan Detroit, y pensaba en el lugar que se merecía La Banda Trapera del Río y el por entonces su único LP editado.
Ellos han sido de las pocas bandas que hicieron rock de carne y hueso y sin aditivos en el subdesarrollado rock español de los años 70, en un momento en el que triunfaba el ladrillo llamado “rock con raices”. Y si en Nueva York tenían a los Dead Boys y a los Dictators, en Londres a los Sex Pistols y a los Damned, en Sydney a los Radio Birdman y a los Saints, en Barcelona estaban La Banda Trapera del Río. Y cuando les llegó la hora de plastificar sus canciones les tocó bailar con la más fea, que no era otra que la discográfica Belter, que más que un contrato, les firmó una sentencia de muerte, como le ocurrió también a Burning, PVP, y a los Burros, sacándoles a los Traperos un disco grande y un single un año después de haberlo grabado y con una distribución de lo más nefasta, y eso que los pocos discos que sacaron a la venta se agotaron. A pesar de todo, intentaron montárselo por su cuenta y sin adulterar su adorado R’n’R, que para algo tuvieron que tragar con tanta mierda.
Los Comienzos. Born to Kill
La historia empezó en Barcelona, en la ciudad satélite de San Idelfonso de Cornellá, un barrio habitado en su mayoría por inmigrantes andaluces, donde crecieron los traperos charnegos. Hartos del aburrimiento general que reinaba en la ciudad condal, que no era otro que la nova cançò, el jazz-rock layetano... Deciden montar un grupo un 13 de Noviembre de 1976, antes de eso los miembros de la Banda Trapera habían estado en grupos de rock sinfónico, hasta que se dieron cuenta de que en ese estilo musical no se les había perdido nada y que se aburrían como ostras. La formación original era el Tío Modes a la guitarra solista, un malagueño de nacimiento apodado así por ser el más viejo del grupo; Rockhita a la guitarra rítmica; el Llobregat, alias el Ray Ban, a las cuatro cuerdas, que confesó en una ocasión que su bajo le costó 800 pesetas; Raf Pulido a la batería, quien marcaba el ritmo en el grupo; y el último en llegar fue el cantante y portavoz Morfi Grey, un personaje carismático nacido en Melilla, que según contaba había militado en un dúo llamado las Alcachofas, y que luego intentó montar una zarzuela-rock. Por lo pronto la banda ya estaba formada, y casualmente se habían juntado un poco antes que el fenómeno punk británico asustara al mundo en 1977.
Al principio se ponen de nombre Al Rojo Vivo, que parece más un nombre de orquesta pachanguera. Cambiando luego al de 4x3, por esos tiempos tocaban los rockanrolles de toda la vida, o sea, el “Johnny B. Good” y el “Jumpin’ Jack Flash”, canciones que hasta los grupos mediocres tocaban para no ser abucheados en masa. Deciden componer sus propios temas que años después irían a parar a su primer LP, me imagino que por entonces ya se llamarían la Banda Trapera del Río, lo de ponerse del Río pienso que sería por el río Llobregat que pasa por Cornellá.
Al principio pasan de tocar en los locales del centro de Barcelona y prefieren hacerlo en las discotecas de su barrio, que para algo era donde estaba enclavado su reino. También solían actuar en algunos mítines de partidos políticos de izquierda, de esa época contaban “Una vez fuimos a tocar a una fiesta de las Juventudes Comunistas. Nosotros éramos los últimos en tocar, antes tocaban la Orquesta del Maestro Bellido y toda esa gente sofisticada, y todo el mundo con banderas rojas con la hoz y el martillo, todo muy bonito. Así que antes de tocar nos pusimos a beber como locos, y cuando salimos el Morfi Grey se sacó la polla y empezó a mear, yo dije pasar de todo, hubo gente que se escandalizó, pero fue lo mínimo, y eso que allí estaba Santiago Carrillo”.
Cuc "punk" sonat
Su verdadera presentación al mundo fue en el histórico festival punk en la Alianza del Poble Nou, un festival montado por la agencia de management Cuc Sonat. Para mi opinión, lo de festival punk en realidad aunque le pusieran una etiqueta “made in England”, eran ganas de hacer música a toda pastilla para combatir el aburrimiento reinante.
Allí estaba la Trapera junto a grupos que habían metido en la etiqueta punk como Peligro, o gente que hacía rhythm & blues, caso de Basura o Mortimer, y también estaban Ramoncín y W.C.? recién importados de Vallecas. De esa época contaría Fray, vocalista de Decibelios, “Allí fue donde descubrí el punk, antes sólo me gustaba la música hortera”.
La gente de Cuc Sonat querían meter en Barcelona la “fiebre punk”, que estaba rompiendo moldes primero en Inglaterra y luego en el resto del mundo. En su escudería la mayoría de las bandas estaban formadas por adolescentes de barrios del cinturón industrial barcelonés, como eran Peligro, Mortimer, Basura, Masturbadores Mongólicos y Rockelona.
Entre finales de 1977 y todo el 78, Cuc Sonat organizó conciertos en Barcelona y otras partes de Cataluña, que fueron los que dieron a conocer a la Trapera, y en sus directos ya empezaban a demostrar que eran los mejores de todo el paquete de grupos que llevaba dicha agencia de management. Como diría el futuro codirector de Ruta 66, Ignacio Juliá en la revista Star “Morfi Grey es el tipo que las madres no dejarían salir con sus hijas... Su puesta en escena es de lo más repulsiva, y como banda sonora un rock duro perfectamente desarrollado que si no son profesionales poco les falta”.
Por aquel entonces empiezan a ofrecerles contratos discográficos, pero les obligaban a cambiar la letra de sus canciones, por lo que deciden pasar de todo. Años más tarde Morfi contaría “Cuando varias compañías discográficas nos ofrecieron grabar un disco, nos obligaban a cambiar los textos. Cogimos todos los contratos discográficos, los colgamos en las paredes de nuestro local de ensayo y nos pusimos a escupirles hasta quedarnos secos. Sabíamos que éramos concientes de lo que hacíamos, y sabíamos el papel que jugábamos en la historia musical de este país”.
Al final no les quedó más remedio que fichar con la Belter, que se había llevado toda su vida viviendo de las ventas de Manolo Escobar, y que no sabían nada de nada que no fuera la “España cañí”. Les graban un single en 1978 y poco después un LP que contenía canciones que a simple vista parecían una colección de insultos y palabrotas, pero si se escuchan detenidamente se da uno cuenta de que los Traperos conocen perfectamente su mundo sórdido y deprimente. Y en 1978-79 estaba sólo ese disco donde se habla de la poca información sexual de su clase social en el tema “La regla”, del snobismo de las élites intelectuales, “Eunucos mentales”, del conformismo al que han llegado las gentes de su barrio metiéndose en la sociedad de consumo con “Venid a las cloacas”, sus declaraciones de principios y el lugar que desempeñan en este mundo con “Confusión”, “Curriovi de barrio” y “Nos gusta cagarnos en la sociedad”; a los marcados por la miseria desde el día que nacieron en “Nacido del polvo de un borracho y el coño de una puta”; y entre todas ellas la mejor canción del disco, “Ciutat podrida”, compuesta a medias por la poetisa Esther Valles, que años más tarde volvería a escribir con Morfi Grey y el Tío Modes “La losa” en el disco de Morfi en solitario. “Ciutat podrida”, aunque cantada en catalán y con claro acento charnego, toda ella está sostenida por la guitarra killer y sobreamplificada del Tío Modes.
El disco tardó muchos meses en salir, casi un año.
Por aquellas fechas viene Iggy Pop a España a tocar acompañado por la Sonic Rendez Vouz Band, formada por el guitarrista de los MC5, Fred “Sonic” Smith, futuro marido de la cantante Patty Smith, y Scott “Rock Action” Ashentohn, antiguo batería de los Stooges, o sea, antiguo compañero de fechorías de Iggy Pop; y otro exStooge, Scott Thurson, y el exbajista de otra killer band de Detroit, los Up, Gary Rasmussen.
En una de las críticas de aquella época sobre un concierto de la Banda Trapera del Río decía: “Suena igual que el concierto que ha dado Iggy Pop hace unos meses”, y yo me pregunto por qué no los pusieron de teloneros de la Iguana, en lugar de los pegoteros de Peligro. Los Traperos eran una auténtica reencarnación de los Stooges, habían nacido en tierra de nadie y tuvieron que organizárselo todo ellos mismos, como tuvieran que hacerlo en nuestras antípodas los australianos Radio Birdman.
Por entonces continuaba sin salir su esperado LP, y en algunos locales empiezan a ser boicoteados y tachados de broncas y barriobajeros. En el cabaret Tabú de las Ramblas (que luego inmortalizara el dibujante Pons en las historietas de María Lanuit para la revista El Vívora) son expulsados después de una actuación en la que fueron teloneados por Teddy Loquillo y sus amigos, banda formada por Loquillo como cantante y Carlos Segarra como guitarrista, entre otros.
Han cumplido su primer aniversario como grupo y deciden festejarlo con uno de sus shows de rock killer, y además se presentan para consejales en el Ayuntamiento de Cornella. Debió de ser una auténtica pasada ver a los Traperos montados en un dos caballos con la capota levantada en plan candidato a presidente de los Estados Unidos y gritando “¡Queréis que sea vuestro alcalade!”, llevando como escolta una panda de currions de barrio montados en puchs y derbys con orquillas como las de las shoppers, en plan ángeles del infierno, parecían recién salidos de una película de José Antonio de la Loma. En su programa político prometían plantar marihuana en el río Llobregat.
A pesar del boicot que les habían hecho en muchos sitios seguían montándoselo como podían, para eso tenían a su manager “el Chiri”, sin nada que envidiar a ingleses como Malcom McLaren o Bernie Rodees, agentes de Sex Pistols y Clash respectivamente. El Chiri, con sus ruedas de prensa marcianas y celebraciones de cumpleaños de la Trapera se supo ganar a la prensa musical de la ciudad condal, como lo comentado arriba de presentarse al Ayuntamiento y otros igual de originales. Por cierto, en lo de presentarse a candidaturas políticas se adelantaron a los vizcaínos Eskorbuto, que en 1986 se presentaron a las Elecciones Generales, o a Jello Biafra, cantante de los Dead Kennedys, que se presentó a alcalde de la ciudad de San Francisco.
Born to be wild
Por el verano de 1978 dan unas cuantas actuaciones por el territorio nacional reclutando una legión de seguidores. En Madrid tocan durante tres noches seguidas en la sala M&M, por entonces la sala de rock por excelencia de la capital. En el Disco Express indicaban “La Banda Trapera del Río estuvieron aquí en Madrid, se bebieron todas las botellas de cerveza que les pusieron por delante y cantaron canciones de muchas palabrotas e insultos políticos. Los grupos punk son todos iguales”. Una auténtica injusticia, porque como ya diría Ignacio Juliá “Tal vez pareciese muy demagógico si los sacaras de su contexto”, quizá alguna gente los considerase una banda punk del montón, pero no era eso. Siempre pensé que lo del punk y ellos fue una coincidencia, y si la Banda Trapera del Río hubieran nacido en el año 2003 en vez de en 1976 hubiesen seguido haciendo también el rock de alto voltaje que después de todo era la música que ellos conocían y les gustaba, la de su ámbito y la que su gente le pedía.
De todas formas las tres noches en Madrid fueron un auténtico éxito, y entre el público estaban unos alucinados Kaka de Luxe, que además les pidieron ser sus teloneros.
También tocan en Zaragoza y Bilbao, donde tienen un increíble éxito de público y donde no cabe duda que influyeron al rock radical vasco. Por esa época ya ha salido el single con la canción “La regla”, que se agotó en las tiendas aún teniendo una nula distribución. Igualmente actuaron en el último festival de doce horas de Canet Rock junto a gente como Ultravox, Blondie y la malograda Nico. Tocan al final del concierto despertando a todo el adormilado auditorio. Y hasta consiguen que Victor Jou, dueño de Zeleste, el local estaba entonces en la calle Platería, templo de todo lo que los Traperos odiaban y habían jurado destrozar (la música mediterránea con aires caribeños y la nova canço) los contratase para tocar durante dos noches. Parece imposible que fueran contratados por Jou para actuar en dicha sala en aquellos tiempos por una gente que en 1977 le quitaron la electricidad a los madrileños Para Celso, grupo que tenía como cantante al showman conocido como el Gran Wyoming, y simplemente por hacer rock and roll. Las actuaciones en Zeleste fueron un auténtico éxito. Los Traperos comentarían de aquello “Sí, la verdad es raro que ellos nos hayan llamado, y mira que nosotros nos cagamos en ellos en entrevistas, lo bueno es que son ellos los que nos han llamado. Todo el mundo se mata por actuar en Zeleste. Ha sido bueno para ellos y para nosotros, ellos se modernizan y nosotros nos sacamos una pasta, que nunca viene mal, y nos quitamos esa fama de bestias que se pegan de hostias con el público y todo eso, ya me dirás que gracia tiene bajar a pegar a dos o tres mil personas... aunque a veces lo hayamos hecho.
En 1979 sale por fin el primer LP de la Banda Trapera del Río. El disco es una auténtica Biblia negra del rock español para el año que salió y todo un símbolo. Prohibido en todas las emisoras comerciales, que los censuraron cobardemente, y para colmo la Belter hizo una distribución de lo más tercer mundista y cutre, y eso que se agotó en las tiendas, pudiendo haber llegado a más gente. Los comentarios del grupo sobre la discográfica eran “Son unos hijos de puta, nos hacen una liquidación de material horrible. Decían que el single de “La regla” habíamos vendido 43 singles, cuando sólo en Cornellá hemos vendido más de 200”.
En aquel momento la banda había pasado por varios cambios, el Llobregat fue expulsado y el Rockhita se casó dejando el grupo, entraron un nuevo bajista, el Montoya, de la conocida familia de artistas flamencos de Barcelona, que les daba un toque más contundente a sus directos.




Con esa formación telonean a Ian Gillan, que hacía poco había dejado Deep Purple por sus desavenencias con Ritchie Blackmore, teniendo que soportar los Traperos el sabotaje de la mesa de mezclas de los técnicos británicos que no querían que le hiciesen sombra a la estrella de la noche, como hubiese ocurrido si los Traperos hubiesen sonado como es debido y lo poco convincente que fue la actuación del señor Gillan, que dio un show de lo más aburrido y desangelado.
También celebran otro año de vida más como grupo dando una actuación y montando una rueda de prensa en un sex shop en el barrio chino, y allí mismo el mítico fotógrafo Flowers (sí, el mismo al que Loquillo y los Trogloditas de dedicaron la canción “Leyenda” en su LP La mafia del baile) les proclamaba en un discurso de verborrea etílica “como mejor grupo de rock urbano del país”, para después Morfi Grey cortar una tarta de cumpleaños con un machete de esos que se usan para adentrarse en la selva virgen.
En ese año, 1979, el bajista de los Sex Pistols, Sid Vicious, moría de una sobredosis de heroína y los Traperos deciden montarle un “concierto-funeral” en su propio barrio, en el local de Cornellá, que por no ir de politiqueros y serios les dijeron que debían pagar el alquiler del local. Ese fue un problema que tuvieron en su barrio la Trapera, no estaban aceptados por su gente, y los tachaban de antisociales. Ellos dirían sinceramente que también eran de allí y eran hijos de obreros, queriendo reflejar en sus letras lo que estaba pasando.
El funeral a Sid Vicious debió ser algo brutal, seguro que el que fuera bajista de los Sex Pistols se sentirían orgulloso desde el infierno de que gente como los Traperos le hicieran un homenaje descargando energía en directo, con un Morfi Grey que parecía un brutal cruce entre Iggy Pop y Bon Scott. El funeral-recital acabó con la policía desalojando el local. Cuando quisieron cobrarles por el uso del local, ellos no pertenecía al P.S.U.C. (Partido Socialista Unificado de Cataluña), les contestaron que no les darían una peseta porque “los muertos no pagan”.
El final
En 1980 siguen intentando lo imposible por grabar un segundo larga duración, pero no hay manera. Mientras otros grupos como Burning, Leño o Ramoncín tenían ya más de un LP en la calle, ellos seguían sin suerte. Como si todos los medios que rodean a un grupo de rock se estrechasen, y a principios de año el Montoya es reclamado para hacer la mili y entra a sustituirle Jordi Pujadas, alias “el Subidas”, que era el menos Trapero, por no ser no era ni de Cornellá. Era el más profesional, su bajista favorito no era precisamente Ian “Lemmy” Kilmister, Motorhead, como debía corresponder a un Trapero, sino Jaco Pastorius, de los Weather Report.
Lo de grabar un segundo álbum seguía siendo una auténtica necesidad para poder seguir hacia delante y plastificar temas nuevos como “El saco”, “Vulgaridad” o “Asesino tierno”, que reflejan la evolución del grupo, o como ellos dirían “Con todos los años que llevamos hemos aprendido a tocar mejor, nada más que hay que ver todos los grupos que salieron con nosotros en el festival punk de la Alianza en Poble Nou sólo quedamos nosotros”. En el verano de 1981, hartos de todo y sin ver nada claro deciden separarse.
Coitus interruptus
En junio de 1982, debido a que les ofrecen un contrato discográfico, la Banda Trapera del Río se vuelve a juntar. En aquellos momentos se había puesto de moda el rock duro, bandas como Iron Maiden o Saxon se estaban comiendo el mundo, y en España Barón Rojo y Obús tres cuartas partes de lo mismo pero de manera menos exagerada. Mientras los Traperos no habían tenido el merecimiento que se merecían, debía de ser jodido que ahora bandas con la etiqueta de hard rock o heavy metal empezaran a vender y ellos que llevaban toda la vida hubieran de tragar con tanta mierda. “Este país no es serio, ahora Fernando Márquez “el Zurdo” se ha metido a periodista, y va diciendo por ahí que le habíamos dado de hostias, y lo único que pasó es que tocamos en un festival en Avilés, y después de nosotros les tocaba a su grupo Paraíso, para entonces el público ya había tenido suficiente marcha y pasaron de su actuación”. Respecto a la nueva moda del rock duro, Morfi alegaba “España es un país básicamente hortera, no entiende de rock, para los españoles el rock es una moda, y eso no sirve. Es como la sangre, ha de llevarse dentro, es una vergüenza que vuelva el rock duro y todo dios se apunte. ¿Viste a Barón Rojo tocando con Antoñito Flores en Aplauso?¡Qué chorrada tío! Eso es como si nosotros tocáramos con Raimon. La Banda Trapera del Río ha tenido estilo propio, estuvimos con el punk al principio porque era una movida contra el muermo del rock layetano”. El Tío Modes comentaría con su opinión personal que sus guitarristas favoritos eran Jimmy Hendrix, Ted Nugent y Rory Gallagher, pero no le habían influido a la hora de tocar, “Para ser guitarrista de rock se ha de tener genio, y yo me considero un rockero nato. En España no hay otro guitarrista de rock duro, yo soy el único, los demás imitan a los extranjeros todo lo que pueden”.
Para que algunos estuvieran más conformes y no tuvieran suficiente con la amplificación eléctrica que descargaban los Traperos en los conciertos de presentación de su segundo LP, iban a llevar una gigantesca guillotina como hiciera el veterano Alice Cooper en sus buenos tiempos “Esa es la guillotina que va a cortar el bacalao rockero este año”. Para terminar alegando “Llevamos mucho tiempo en este rollo. Tenemos cierta solera, hemos sido engañados por ejecutivos discográficos, estafados por managers y promotores, pero ya sabemos de qué va el asunto, vamos muy en serio. El mundo del rock es una basura, al primero que se pase con nosotros le vamos a hinchar la cara”. Motivos tenían de sobra para decir estas palabras, pero de repente la casa discográfica Discophon, que les iba a sacar el disco, quebró dejándoles colgados con el single promocional “Tu pistola no me mola”. Como si no tuvieran ellos suficientes problemas con la adicción a la heroína de su cantante Morfi Grey, parecían como si su leyenda maldita se hubiera puesto de acuerdo con la quiebra de su discográfica.
De repente, lo que podría haber sido su trampolín definitivo, cuando a la gente parecía gustarle el rock duro, se les escurrió todo de las manos sin tener parte de culpa. No sé si dieron muchas actuaciones pero sí que hicieron un concierto de despedida en Cornellá con Ultratuita (el grupo del cantante de Basura, Panotxa), Oriol Tranvía, Telegrama y Decibelios.
Aliento de noche
Después de disolverse la banda, el estado de ánimo de su lider, Morfi Grey, no podía ser peor: enganchado a la heroína y más sólo que la una, mientras el Tío Modes estaba en Francia trabajando en la vendimia y tocando la guitarra en el metro de París. Pero quien ha entrado a formar parte del rock & roll tarde o temprano ha de volver, y Morfi volvió a tocar junto al Tío Modes. Aunque ahora actúa como solista en sus directos recupera canciones de su viejo grupo. En un principio le acompañan los componentes de Dossier Negro, y el Tío Modes vuelve a demostrar por qué le apodaban “el metralleta”, sacando chispas de su gibson asesina, resucitando el espíritu de la Banda Trapera del Río. Componen nuevas canciones que saldrán luego en el mini-LP Aliento de noche, con canciones como “Mendigo”, un tema autobiográfico escrito por Morfi, al igual que “Cayendo”, la balada “La losa”, que como ya señalé al principio lo escribió la poetisa Esther Valles, la misma que escribiera “Ciutat podrida” y “Aliento de noche”, la canción que sirve de título al mini-LP, o como diría Morfi “Es para darle una lección a los heavys, y como se te queda el aliento después de una noche de juerga”; en “Brigada antidroga” hablaban de cómo la policía dejan en paz a los peces gordos y a los peces chicos los jode vivos.
Morfi Grey demostraba que era un hombre sincero, un hombre que había asimilado honestamente el contenido de discos tan opuestos entre sí como el Rock & roll animal de Lou Reed, el Fun house de los Stooges, Highway to hell de AC/DC, Motorvation de Chuck Berry, Never mind the bollocks de los Sex Pistols y Born to run de Bruce Springteen, y que cuando le preguntó Jaime Gonzalo en la desaparecida Rock Especial si no tenía miedo que lo compararan con Miguel Ríos, dijo “Si yo digo algo es porque lo he vivido en la calle. Yo no puedo tener la cara dura de venir de una audiencia real o de una fiesta de sociedad y luego hablarles a los chavales del paro, de la droga, de esos problemas... ni puedo decirle a nadie que es de puta madre si no lo conozco...”
Tanto en el disco como las actuaciones en directo contaron además con la presencia de otra killer guitar, la de Javier Juliá, excomponente de Loquillo y los Intocables y de Loquillo y los Trogloditas y hermano del crítico Ignacio Juliá. Tras este interesante disco y de actuaciones demoledoras y camerinos destrozados, a Morfi le dio la vena más en plan Willy De Ville, más charnego que neoyorkino, con los que grabó como Zona Grey, e intentaba ir como una versión ibérica del lider de Mink De Ville, pero parecía como si Iggy Pop se hubiera transformado en una patética folklórica tipo Rocío Jurado o Isabel Pantoja.
Vox animal/Oficial Matute A principios de los 90 teníamos por un lado a Morfi Grey transformado con su verdadero nombre, Miguel Ángel Sánchez, formando Vox Animal, y por el otro al Tío Modes y Raf Pulido con Oficial Matute, en claro homenaje al policía de los dibujos animados de Don Gato que crearan el dúo Hanna-Barbera. Personalmente no pude escuchar ni a unos ni a otros, aunque por lo que oí, Oficial Matute iban más en la onda de la Trapera, y Raf Pulido, el que fuera batería del grupo, cambió las baquetas por el micrófono, mientras el Tío Modes seguía siendo el mismo killer que fusionaba con su gibson el heavy y el punk. Y grabaron algunos temas de su segundo LP por entonces inédito, titulado Guante de guillotina, cantado por Raf Pulido, quien escribiera las mejores canciones de la Trapera.
A la pregunta sobre el secreto del Tío Modes que le hicieran Jaime Gonzalo e Ignacio Juliá, respondía “Mira, hemos probado guitarristas que te hacían el punteo de Ritchie Black More o de Gary Moore a la perfección, pero eran meras fotocopias. Es siempre mejor hacer algo propio aunque sea más sencillo, la personalidad de un grupo es lo que vale, no el que seas un virtuoso del instrumento. Qué pasaba en la banda, pues que había algo original, por eso gustaba”. Todo indicaba que la cosa iba a continuar así hasta que...
Pegándole fuego al fuego
Entre 1992 y 1993 se reedita el primer LP por el que los coleccionistas estaban pagando 20.000 pts, y el segundo LP hasta entonces inédito, Guante de guillotina, con viejos temas que tocaban en directo y que no habían sido plastificados como “Monopatín”, “Cómics y cigarrillos”, “Tu pistola no me mola”, “El saco”, “Misógino”... además de homenajes de nuevos grupos como La Perrera, Cerebros Exprimidos y El Legado... El caso es que estos discos reeditados sin promoción de ningún tipo hace que el grupo se vuelva a juntar, igual que hicieron por la misma época los Sex Pistols y los Dictators. En una entrevista para Ruta 66 con motivo de su vuelta declararon de los viejos tiempos “La Trapera sufrió un boicot total del sistema discográfico y del Estado, pero lo importante es que hemos vencido, se han reeditado los primeros discos sin televisión, sin 40 Principales y sin nada”. A las preguntas de a qué se debía ese boicot y si de verdad tan peligrosos resultaban Morfi contestó “Sí, porque a la que no nos gustaba alguien le dábamos con el bate de béisbol en la cabeza. Nos ofrecieron un contrato de bastante dinero como el de Movieplay, pero a cambio exigían que cambiáramos algunas letras. Cogimos ese contrato, lo clavamos en la pared con una baqueta y empezamos a mearnos en él. Éramos muy vacilones pero ha merecido la pena”.
El grupo volvió a estar en la carretera tocando por distintos sitios de España. En su actuación en Barcelona subió el fotógrafo Flowers totalmente ciego y desnudo, y con todo al aire se puso a cantar a dúo con Morfi Grey.
Graban los discos Directo a los cojones, un álbun en directo, y Mentenblanco, y siguieron de gira. Incluso llegaron a tocar en la sevillana sala Fun Club, donde los pude ver en directo, con Morfi Grey llevando una peluca morena que aseguró regalar al que le diese uno de sus calcetines, cosa que ocurrió. Al final, Raf Pulido lanzó una de sus baquetas al público, que me regaló un amigo que la pilló.
Quién sabe si ahora que los Radio Birdman se han vuelto a juntar, por qué no la Banda Trapera del Río.
- Eduardo Álvarez Cónsul -



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