Ya habíamos anunciado en Mordor Sonoro el tributo a La Banda Trapera, que además le dedicamos un especial radioshow. Los planes se cumplieron y, como no podía ser menos, estuvimos presentes en uno de los conciertos que más expectación había generado entre la parroquia de Mordor en los últimos meses. En el Gruta 77 nos esperaba un llenazo hasta la bandera con todas las entradas vendidas desde varios días antes del concierto.
El tito Morfi, protagonista absoluto de una noche para recordar.
Foto by Alk, Mordor Sonoro webzine.
La cosa comenzó con Rojo Omega, quienes cumplieron como siempre. Calentaron al público para que cuando saliese Morfi Grey la cosa ya estuviese rodada. Rojo Omega llevan ya 12 años de música a sus espaldas, pero sus integrantes no llegan aún a la treintena, lo cual ya es significativo de la dedicación de esta peña. Andan presentando su tercer trabajo Cuidado, así que abrieron el concierto con una ristra de temas propios antes de dar paso a las versiones de La Trapera con la puesta en escena de Morfi Grey. Fue salir y empezar a sonar «Ciutat podrida» y la Gruta se puso patas arriba. Morfi se mostró en plena forma y los miedos que presentaba antes de la actuación se mostraron infundados. El público respondió de maravilla y el cantante respondió con una buena lección de actitud sobre las tablas.
Hijo de la «Ciutat podrida» repartiendo cera en el Gruta 77.
Foto by Alk, Mordor Sonoro webzine.
Llegó el turno de Los Chicos y, de nuevo, fueron los triunfadores. Sin Nacho (saxo) y con Rafa como tercera guitarra consiguieron llevar las canciones a su terreno de rock'n'roll borrachuzo. Rojo Omega y los Ciclones lo tenían más fácil y mi pregunta de la noche era cómo iban a hacer los Chicos para salir airosos del envite. Pero lo cierto es que le dieron su toque fiestero a las canciones sin dejar de sonar a la Trapera. Así, «Nacido del polvo de un borracho...» sonó a gloria y fue de lo mejorcito de la noche. Los Chicos volvieron a partir la pana.
Foto by Alk, Mordor Sonoro webzine.
Nada mejor que cerrar con Motociclón. Los Ciclones son, hoy en día, el grupo que mejor destila la esencia de La Trapera. Las canciones sonaron como tenían que sonar; lo más parecido a como lo haría hoy el grupo de Ciudad Satélite. Y fue una gozada ver a Robertez y Morfi juntos en el escenario. Presentaron «Supervivientes de la generación maldita» (tema que se canta el propio Morfi y que aparecerá en el esperado segundo trabajo de Motociclón Otro taladro perfecto) y tocaron «Air guitar», considerada por el tito Morfi como un himno. La cosa no podía terminar sino con «Curriqui de barrio» y, como os podréis imaginar, fue un final que desató la euforia del respetable.
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